martes, 1 de abril de 2014

Los monos de Harlow


Si hay que agradecerle a alguien por haber tenido una infancia amorosa y llena de afecto es al científico Harry Harlow, quien, en la década de los 60, durante una serie de experimentos controversiales, demostró la importancia que tiene el cariño de una madre para el desarrollo de un niño.
Harlow tomó a un par de monos de tan sólo horas de nacidos y los separó de sus madres, dejándolos con madres sustitutas.
Una de ellas estaba hecha de metal, con un bote de comida para que los monos pudieran comer; la otra estaba hecha de tela de toalla, muy suave, pero sin alimento.


El resultado fue que los monos pasaron más tiempo con la mamá de tela que con la de metal, probando que el afecto juega un papel más importante que el sustento, cuando se trata del desarrollo de un niño.




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